Fácil arranque en frío, lo que permite una gran protección contra el desgaste incluso a bajas temperaturas (-30oC) y en las zonas más críticas del motor.
Permite un ahorro de combustible ya que su baja viscosidad garantiza la rápida circulación del aceite en el arranque y la disminución de la fricción durante el funcionamento del motor.
Lubricante de larga duración en servicio.
Muy reducida volatilidad, consiguiendo así un menor consumo de lubricante.
Permite proteger el medioambiente, ya que reduce significativamente las emisiones.
Su bajo contenido en cenizas sulfatadas permite que los filtros de partículas DPF cumplan las especificaciones marcadas por los fabricantes.
Sus agentes activos reducen la formación de depósitos y el desgaste en partes críticas del motor como los inyectores bomba y el árbol de levas, consiguiendo así mantener muy limpio el interior del motor.